El calcio es un constituyente fundamental en la dieta de las aves y es altamente recomendado como suplemento.
Las aves recientemente incubadas son, esencialmente, osteoporoticas ya que sus huesos tienen un cociente de calcio y fósforo más bajo que en la edad adulta. Por ello requieren un aporte inmediato de calcio en su dieta, equilibrado con fósforo y vitamina D. La carencia de Calcio, también produce unos pocos huevos de cascara delgada y de deficiente incubabilidad para cesar luego por completo la producción.
Para evitar lo mencionado anteriormente y, además, favorecer el crecimiento de animales jóvenes, lo mismo que para mejorar la calidad y cantidad de huevos y tener animales más sanos, existe una fuente de calcio de alta disponibilidad biológica que complementa perfectamente las deficiencias de otros alimentos. Dicha fuente es el carbonato de calcio orgánico de la conchilla.
La producción avícola que más refleja la carencia de calcio es la que se dedica a animales de postura, aunque es importante también cuidar la calidad de los parrilleros (rupturas de hueso, bajo engorde, etc.)
Las ponedoras que reciben piensos en harina, necesitan que un 40 o 50 % del suplemento de conchillas vaya en forma de gránulos, lo que causará un aumento del tiempo de retención en la molleja (dando mejor textura pudiendo mejorar el consumo). Esto hará que la liberación sea más lenta favoreciendo el contacto con el HCl producido.
Es recomendable el suministro de esta suplementación a últimas horas de la tarde. Este detalle ha producido mejoras en la calidad de la cáscara, sobre todo notables en épocas de altas temperaturas o en aves de edad avanzada.
Se recomienda agregar los siguientes porcentajes de carbonato de calcio en el alimento
Pollos de 0-8 semanas
2,5 % (0,9 % de calcio aproximadamente)
Pollos de 8-10 semanas
1,5 % (0,6 % de calcio aproximadamente)
Ponedoras
7,0 % a 8,5 % (2,75 % a 3,0 % de calcio aprox).
La relación de calcio y fósforo debe ser mantenida según la edad y destino de los animales de1,5:1 a 3:1